
Luego de la crisis de 2001 y del repunte del empleo que provocó la devaluación, en distintos puntos del país comenzaron a aparecer comisiones internas y cuerpos de delegados que se inician en la lucha por mejoras laborales y que, además, no encuentran representatividad en sus conducciones gremiales, en general, ausentes o en connivencia con las empresas.
En esta nueva camada de trabajadores –muchos jóvenes casi sin experiencia sindical- se encuentran los empleados de Metrovías, que venían organizándose de forma subterránea desde mediados de los ’90. En un período signado por la flexibilización laboral, el individualismo y la precarización del empleo, “los del subte” fueron construyendo lo que en el futuro los haría fuertes. Con una dura batalla contra la empresa, a fines de la década, el cuerpo de delegados recupera aquello que la privatización les había quitado: la declaración del trabajo insalubre y la reducción de la jornada a 6 horas.
Durante esta pelea fueron objeto de una importante embestida mediática en su contra y, al mismo tiempo, tejieron lazos con los usuarios, y con otros gremios y sectores, como las organizaciones de desocupados, universitarias, de derechos humanos y culturales. Más tarde lograron que los empleados de las tercerizadas sean parte del mismo convenio colectivo y obtuvieron importantes aumentos salariales, entre otras mejoras.
Por su parte, el sindicato, la UTA (Unión de Tranviarios Automotor), primero da un apoyo condicionado y termina dándoles la espalda, enviando hasta matones a golpear a los delegados. Finalmente, en el 2009 los trabajadores eligen la separación de la UTA y la creación de un sindicato propio.
Desde el Colectivo de Trabajadores de Prensa dialogamos con Mariano Pacheco, quien nos relata la experiencia del subte y de la Comisión de Cultura que integra en el nuevo sindicato: la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTyP).
- ¿Cómo describirías el proceso de la AGTSyP?
- De alguna manera viene a dar cuenta de un proceso largo, de construcción por abajo, de poder consolidar una organización clasista y antiburocrática; que hace eje en la participación y en la Democracia. La situación con la burocracia no daba para más y estalló en este proceso que devino en una nueva organización sindical, que tiene sus antecedentes de construcción en el 94, con el trabajo clandestino después de la privatización hasta los primeros delegados arrancados a la burocracia, a fines de los 90. Y ya el proceso abierto a fines de 2004-2005 cuando se conquista el 45% de aumento, duplicando el techo que ponía el Gobierno y la burocracia; o el proceso de lucha que llevó a que todas las tercerizadas, modelo por excelencia del neoliberalismo, pasen a estar incluidas en el convenio colectivo con el resto de los trabajadores del subte.
- Si tuvieses que hacer una caracterización del rol que juega la UTA, más allá de la etiqueta de burocracia sindical. ¿Cómo definirías ese rol, hoy por ejemplo, cuando se está disputando la inscripción del nuevo sindicato en el Ministerio de Trabajo?
- Yo creo que el rol de la UTA, más allá de los lugares comunes, tiene que ser comprendido con sus complejidades: la UTA fue parte del Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA) con Moyano a la cabeza, entonces de alguna manera muchas veces han jugado con esto de que ellos no estuvieron con el Menemismo y que han resistido las políticas neoliberales. Pero claramente juegan un rol que puede jugar un sector, más gordo o menos gordo, que es accionar en dos o tres cuestiones fundamentales. El accionar de la mano de las empresas, teniendo sus negociados, apoyando al gobierno de turno y siendo una fuerza de choque contra los trabajadores que intentan organizarse para pelear por mejores condiciones. En ese sentido la UTA cumplió con todo. Tiene negociados con Metrovías, ahora acaba de firmar un convenio para tener una suerte de escuela de formación para manejar los trenes, por ejemplo, donde va a recibir una millonada de plata. Apoya claramente al actual gobierno, es un brazo del ministerio de Trabajo ahí abajo. Y bueno, contra los trabajadores ha tenido una actitud directamente de agresión abierta, ha ido en micros con patotas a golpear a los trabajadores en huelga y a romper medidas.
- Retomando esto que decías, la UTA como brazo del ministerio de Trabajo en el subte. Cómo definirías, también a grandes rasgos, el rol que juega el Ministerio? ¿Existe una complicidad lisa y llana en todos los ámbitos? ¿Cómo interpretan los trabajadores a este factor?
- Hay una estrategia de confusión. Lo que se ve, a veces de parte del Ministerio, aporta a una confusión en las bases porque si bien no es que cierra todas las puertas y te manda a reprimir una protesta, por otro lado, tampoco hay pasos firmes de avance en las reivindicaciones. Entonces yo creo que es parte de una estrategia clara del justicialismo, mejor dicho de esta parte del justicialismo –no ya del duhaldismo recalcitrante- que es no cerrar la puerta en la cara, sino ir dilatando las posiciones. Recibirte, conversar, pero salir de una reunión sin nada o con una promesa que en 10 días – los siempre famosos 10 días- volvemos a charlar, y bueno ahí es como se va dilatando la situación.
Ahora estamos un poco en esa coyuntura. Después del acta que se firmó en noviembre, el Gobierno de alguna manera reconoce el funcionamiento del nuevo sindicato. Bueno, como nuevo sindicato queremos discutir dos o tres cuestiones fundamentales: aumento salarial, paritarias, bolsa de trabajo y dos francos semanales -porque actualmente solo tenemos uno. Bueno, se está en un momento de negociación. Hay que ver hasta dónde ese “tira y afloje” lleva a buen puerto o explota la situación; y nuevamente paro y medidas de lucha necesarias.
- ¿Cómo planean articular con la UTA, en el caso de que les den la inscripción en Trabajo?
- La relación con la UTA, en el espacio particular del subte, es casi irreconciliable, lo que no quita que haya lazos con algunas líneas de colectivos donde se dan procesos antiburocráticos como es el caso de la línea 60. Por eso nosotros no es que proponemos a todo el mundo que hagan un sindicato nuevo sino que allí donde hay condiciones para intervenir dentro de la CGT, poder ganar espacios, y acumular desde una perspectiva participativa y democrática.
En relación al movimiento obrero ahora por ejemplo se está discutiendo entrar a la CTA como nuevo sindicato, o no. Es una discusión que está abierta, hay distintas posiciones obviamente. Un poco pasa por ahí, tratar de acumular y ganar espacios donde se está y si no se puede, bueno, tener una perspectiva nueva, de nuevo sindicato, pero en confluencia con otros sectores de trabajadores.
-A nivel de organización interna ¿Cómo articulan ustedes? ¿Qué proyectos llevan adelante en la Secretaría de Cultura de la que formas parte?
-Sí, la Secretaría de Cultura junto con otras Secretarías como Género, Acción Social y Turismo, Organización y Gremial se crearon a partir de la conformación del nuevo sindicato; a partir de una comisión directiva provisoria, junto al plenario de delegados que tiene alrededor de 87 delegados de todos los turnos, de todas las líneas y de todos los sectores. Antes había 23 delegados, y alguna gente que colaboraba con tareas puntuales o con alguna comisión específica. De eso se pasó a una organización de 87 delegados, 6 o 7 secretarías integradas por otros compañeros y compañeras que participan del sindicato pero no son delegados. Un poco apuntando a que la tarea gremial no sea solo la reivindicación específica salarial o de mejores condiciones de trabajo, sino que los trabajadores podamos tomar en nuestra manos otros aspectos de la vida social. En caso de Cultura es claro que reivindicamos para nuestra clase poder producir a nivel simbólico, el poder editar libros, el caso de los compañeros que escriben o dibujan, sacamos una revista, hemos hecho videos, distintas cosas para apuntar y generar esa unidad por abajo tan castigada durante los últimos años y que merecen un espacio también en la nueva construcción.
- Claro, en ese sentido una de las apuestas fuertes de los trabajadores del subte pasa por el lazo cultural, por regenerar esa solidaridad de los compañeros, y precisamente uno de los puntos que más se desinforma a nivel mediático. Cuando hay una medida de fuerza, que es cuando el subte toma mucha visibilidad en los medios hegemónicos, se hace énfasis en que los pasajeros “son rehenes” pero se deja completamente de lado ese aspecto. En ese sentido, la experiencia de la pelea por un nuevo sindicato, a la par del trabajo concreto en la Secretaría de Cultura, ¿Puede servir como referencia para otros trabajadores? ¿Hay idea de hacerlo extensivo?
- Sí, hemos tenido la oportunidad de compartir experiencias con comisiones internas, o grupos de activistas y siempre lo que hacemos es invitar a otros sectores porque tratamos de que esto pueda multiplicarse. Por ejemplo, nuestra revista es interna, se regala al afiliado pero la revista de cultura del subte tiene una llegada a otros sectores sociales o comisiones internas, y aspiramos a que esto sea el humilde y pequeño ejemplo en este sentido, de que nosotros como trabajadores también podemos hacer otras cosas no solo luchar por salario y mejores condiciones de trabajo, que es fundamental para cualquier instancia gremial, sino que también podemos tomar en nuestras manos eso, el aspecto que tiene que ver con nuestra vida cuando salimos del horario del trabajo. De ahí tratar de fortalecer esos vínculos, que bueno, vienen de la década del 90 pero también de mucho antes. Hay toda una ruptura de lazos y de experiencias que tienen que ver con una tradición de la cultura obrera argentina que se fue quebrando poco a poco. Desde principio de siglo hasta la década del 70 nosotros podemos ver diferentes experiencias de las cuales nos hacemos eco, que toman la vida social en su conjunto como parte de la política del sindicato. Un sindicato que hace política. Los trabajadores del subte hacemos política. Luchamos por otro modelo sindical que incluya todo esto y no que sea un mero apéndice del gobierno o las empresas, o ni siquiera un sindicato combativo que se limite a luchar por el salario.
Más información en: www. metrodelegados. com.ar
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