22/5/08

¿Quién dijo que es fácil?

¿Quién dijo que es fácil?

Todos sabemos que la realidad es compleja. Es una maraña de procesos multirrelacionados, muchas causas, muchos efectos. Intente escindir sus componentes en esferas, pensándolas abstractamente autónomas entre sí.

Materialmente, ese pensamiento no se condice con lo que sucede fuera de el.

Ahora bien, que la realidad sea tan compleja produce en el individuo angustia.

Angustia por no poder comprenderla en su totalidad, por presentársele como incontrolable.

¿Cómo es posible moverse en ésta esfera tan compleja y angustiante que resulta ser la realidad? Mediante un proceso básico humano: la simplificación.

Simplificamos al hablar de bueno o malo; lo mismo al hablar de gris o negro; simplificar es dividir.

En esto pensaba cuando asistí a la charla de la compañera Cristina del MO.CA.SE. Pensaba en el conflicto “Campo” – Gobierno; comprendí en ese momento, que en la división no entraba el movimiento al que la compañera representa; que no podía ni clasificarla enteramente con “Campo” ni con “Gobierno”.

Precisamente en éste espacio vacío es en donde aparecen las dudas, aquellos momentos de incerteza que nos deben conducir a un mayor análisis, un análisis agudo de la realidad.

Es que críticamente debemos trascender la arcaica división, reconocer que detrás del rótulo “Campo” se homogeniza un sector productivo que nada tiene de homogéneo, y que tiene sobre todo, intereses muy claros.

Debemos rescatar ésta clave heterogénea para repensar cuál es nuestro rol, como agentes discursivos, para no consumir y contribuir pasivamente a la fábula de las partes.

Quisiera yo saber, cuántos tractorazos o cacerolazos hubo para defender a los manifestantes frente a las topadoras.

Y sin embargo, la angustia persiste; es más, se acentúa. Persistirá la reflexión crítica también.

Antonio Raggio

No hay comentarios: